Es diciembre y el cuerpo lo sabe. Hace un par de semanas comenzó el pim pim, pimpimpin que acompaña el nuevo diseño de un coral y entra por todos lados hacia tus oídos. Es el sonidito del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano para los serios intelectuales; pero, para nosotros es simplemente el Festival de Cine. Ya empezaste a trazar estrategias para escapar de un turno de clases, encontrar excusas plausibles para salir antes de tiempo de la oficina, o resignarte a las larguísimas colas de las tandas después de las 5pm.
Compras pasaporte, aunque de un par de años a la fecha impliquen terminar en una cola igual o más larga que la de la tradicional taquilla. Lo adquieres porque ese pedacito de cartón, doblado, manoseado, es también parte de una tradición, una dinámica intrínseca de todo cinéfilo habanero y porque de pronto la compañía a ver un filme, puede crecer y ser tú quien salves la noche.
Lo tienes casi todo, con un poco de suerte incluso una cartelera. Ya decidiste darle una oportunidad a un deprimente título polaco, porque total, para ver a Hollywood tienes el Paquete.
Te das cuenta de que te falta algo. ¿Verdad? No puedes alimentar el alma y descuidar el estómago. Así, te presentamos el Manual urgente para comidistas en tiempos de cine.
- Primera regla de oro: al cine no se lleva comida, se compra. No seas tacaño. Y de paso, ayuda al desarrollo de la oferta de comida callejera. Te aseguro que siempre encontrarás opciones para todos los bolsillos.
- Nada de bebidas alcohólicas. El hecho de que pagues por una función, no significa que el protagonista tengas que ser tú. Quédate con un refresco, un jugo o simplemente una botella de agua. No te preocupes, el resto del entretenimiento transcurre frente a tus ojos.
- Palomitas de maíz, chicharrones, sorbetos, dulces de chocolate, pan con perro y porciones de pizza son alimentos idóneos para el cine, pero también provocan una sed terrible. Ten esto en cuenta si decides pasar de las bebidas.
- No compres las bebidas a 5 cuadras del cine, o si tienes que esperar por una cola de personas. Mejor espera a estar a punto de entrar, así se conservan frías y no tendrás que conformarte con un té de Tukola.
- Cuida la limpieza del cine. Es muy desagradable tener que caminar entre bolsas y latas vacías, además de que pueden regañarte las simpatiquísimas señoras que cuidan el cine (no es personal, vienen con esa programación). Mejor espera a salir de la función o una visita al baño para botar envolturas y demás.
- No obligues a comer a otros. A veces nos pasamos de solidarios y pasamos paquetes de papas fritas o palomitas de maíz de una fila a otra, o masticamos haciendo tanto ruido que tu compañero de asiento (a veces un completo extraño) termina con más dolor de muelas que tú. Esto no solo es de pésima educación, sino que distrae al que, a diferencia de ti, quiere ver el filme.
- Si la comida callejera no es lo tuyo, te recomiendo encontrar un lugar cerca del cine y cronometradamente picar algo. Ten en cuenta que una tanda no dura menos de 2 horas, así que mejor comer un rato antes de entrar al cine y no 4 o 5 horas antes, pues definitivamente la única película que disfrutarás será la de una gastritis martilleando tu hipotálamo. Para ahorrar tiempo y encontrar buenos lugares al mejor precio, te damos la herramienta: mete en la bolsa, justo al lado del pasaporte, tu teléfono con la aplicación de AlaMesa.