Ninguno de los diarios consigna datos sobre las comidas de esta jornada.
Quizás sea pertinente aprovechar el espacio para contarles un poco sobre la experiencia que esta saga de entradas ha resultado para AlaMesa.
Todo comienza desde el placer que a nivel personal, varios de los miembros de nuestro equipo han encontrado desde siempre en la lectura de los textos martianos. Por largo tiempo hemos sido sujetos de una suerte de fascinación con la habilidad del José Martí escritor para combinar las palabras hasta construir imágenes poderosas y de un elevado lirismo.
Citas y paráfrasis de textos martianos han trazado un sendero discernible a través de nuestros contenidos por años, un sendero que conduce hasta el presente.
RUTA DE GLORIA es otra cosa, porque aunque Martí es el hilo conductor y una de las fuentes primarias, desde donde lo vemos, se trata en lo fundamental de una inmersión en el calvario que el pueblo cubano tuvo que atravesar para lograr la independencia.
Descubrimos una guerra peleada en unas condiciones de desventaja que nada tienen que envidiar a los griegos que en Las Termópilas detuvieron al ejército persa. Mal alimentados y peor pertrechados, superados en número, los cubanos pelearon con alegría y con convicción en una victoria a priori imposible.
Alegra descubrir que muchas de las características que hoy nos atribuimos como pueblo, tal y como sucede con muchos de nuestros platos y costumbres alimenticias, ya eran consideradas distintivas del “cubano” entonces. Alegra el vernos retratados como nación en textos de los que nos separa un mar de años.
Optimistas, apasionados por la conversación, obsesionados con nosotros mismos y nuestra islita mínima, capaces de convertir un sorbo de café en una fiesta. Fuimos y somos el pueblo que agasaja como hermanos a las personas con quienes acabamos de tener un acalorado debate, el pueblo que hace declaraciones rotundas sin términos medios y vive para cumplirlas.
No es entonces la crónica de una muerte, ni una historia de realización personal, ni un encuentro con un héroe de mármol. Es para nosotros el evento extraordinario de sentarnos a la mesa con Gómez, Maceo, Martí, para oír de sus labios, en conversación de sobremesa, lo que tienen que decir sobre quiénes somos y de qué somos capaces.