Parten de Altagracia de Venero hasta el primer campamento que hacen en La Travesía (que los historiadores consignan como Travesía 1).
Martí consigna en su diario el proceso mediante el cual se sacrifica una res para la comida. Se la tomaba de la cornamenta, se la enlazaba y se usaba un árbol para, dándole vueltas a este con la soga, obligarla a arrimarse. Ahí se la desjarretaba, o sea, se le cortaban las piernas por el jarrete- parte alta y carnuda de la pantorrilla hacia la corva. Finalmente se la ultimaba con el machete, dándole una puñalada en el corazón. A esto seguía todo el proceso de descuero, corte y limpieza de la carne y preparación de esta para la conservación.
También recoge la imagen de Miró Argenter royendo los huesos de una paloma rabiche.
En una nota interesante, cabe consignar que el término “rabiche” podía referirse a diferentes aves, según fuera el bando en el que se estuviera en la Guerra de Independencia. Los españoles, en particular los canarios, conocían como Rabiche a la Columba junoniae, endémica de esas islas y uno de los símbolos locales. En cambio, del lado de acá llamamos de esa manera a la Zenaida macroura, un ave columbiforme natural de este hemisferio.
La Columba junoniae se encuentra en peligro de extinción y solo se la encuentra en zonas rurales de algunas de las islas del archipiélago canario. En cambio, la Zenaida macroura, puede ser encontrada en norte y centro América y en las islas del Caribe, incluidas Cuba y Bahamas, y su resiliencia y fácil adaptación a las modificaciones realizadas por el hombre, la han hecho una figura común en nuestros paisajes urbanos y suburbanos.