Se mueven a la casa del hermano de Rosalío Pacheco para esperar a Masó de quien se sabe pudiera estar llegando en poco menos de una semana.
Martí habla con los holguineros quienes le refieren las bondades de su región y deja testimonio de sus comentarios: “De sombreros: ―tanta tejedora que hay en Holguín. —De Holguín, que es tierra seca, que se bebe la lluvia, con sus casas a cordel y sus patios grandes, ―hay mil vacas paridas en Holguín”.
También refiere que le dan hojas de zarza o de tomate, para mezclarla con sebo y untarlo en los “nacidos”, tumoraciones superficiales posiblemente provocadas por la exposición a la picadura de insectos y agravadas por el rigor de la campaña.
El jugo del tomate (Solanum lycopersicum) posee propiedades antisépticas, refrescantes y desinflamantes. Bien colado y filtrado, constituye un excelente colirio para curar las irritaciones de los ojos. A sus hojas también se le atribuyen propiedades antiinflamatorias a partir de su uso externo, como es el caso referido en esta nota del Apóstol.