En la madrugada del 3 de mayo Gómez y Martí se trasladan — dejando en el campamento del Alto de Santa María a la tropa — hacia la casa del Coronel Perié en Jarahueca.
Días antes, Martí consigna en su diario una nota sobre el curujey (Tillandsia recurvata), del que bebe un agua muy fresca. También conocida como planta del caminante, es muy común en el monte e incluso en árboles aislados y almacena abundante agua de lluvia en su base envainadora -forma una especie de roseta- de sus hojas.
Por error, hay quienes creen que se trata de una planta parásita, pues crece sobre otros árboles o arbustos, pero no, el curujey, perteneciente a la familia de las Bromeliáceas, es epífita, eso significa que aunque crece sobre otras plantas, no se alimenta a expensas de ellas, sino que estas le sirven de sostén.
La infusión de las hojas de la Tillandsia sp., mezcladas con gandul y yerba Paraná, es recomendada para tratar la giardiasis; de igual manera disminuye los niveles de azúcar en sangre, y es un antiparasitario.