Una comisión es enviada a comprar alimentos en las Veguitas y regresa, entre otras cosas con sal, licor, chocolate, ron, miel y cucuruchos de dulce de coco con miel (típicos de Baracoa). También llegan puercos. En la mañana comen «frangollo» (un dulce de plátano machacado y cocido, mezclado con miel o azúcar formando un turrón), queso, agua de canela y anís caliente. El almuerzo se compone de cerdo guisado con plátanos y malanga, y en la noche comen carne de puerco con aceite de coco, que Martí no duda en celebrar.
La referencia al frangollo y a los cucuruchos de coco probablemente arrancará una sonrisa a cualquier habitante del Oriente cubano que lea las notas de Martí correspondientes a este día. Se trata de dos dulces que aún hoy son populares en esa región, en particular en Guantánamo, en el área de Baracoa.
El cucurucho es probablemente el más conocido de los dos. La envoltura es conformada con yagua, una parte de la palma cercana al nacimiento de las hojas. El dulce dentro consiste en coco rallado y endulzado con miel o hervido con azúcar prieta. Otra variante también popular añade naranja dulce a esta mezcla para lograr un sabor diferente.
El uso de la leche de coco en la elaboración de las carnes es poco frecuente, de manera general, en la cocina cubana, sin embargo está muy arraigado en las tradiciones culinarias particulares de la región de Baracoa.