Permanecen en el mismo rancho durante todo el día, recibiendo noticias sobre la marcha de las acciones bélicas. A mediodía les traen de comida huevos fritos, carne de cerdo frita y una torta de pan de maíz.
Permanecen en la misma posición durante todo el día.
Allí los alcanzan las noticias relativas a acciones bélicas que tienen lugar en territorios aledaños.
Desde Guantánamo y Baitiquirí vienen unidades de criollos leales a España quienes, al parecer advertidos de la presencia de Martí y de Gómez en la zona, tratan de interceptarlos tendiéndoles emboscadas.
También les llega confirmación de la muerte de Flor Crombet de boca de un testigo que afirma haber visto su cadáver. Crombet era parte de la expedición en la que arribaron a Cuba los hermanos Antonio y José Maceo, y se encontraba con estos cuando fueron atacados por la tropa de irregulares criollos conocida como Los Indios de Garrido. Antonio fue herido de gravedad y solo el accionar decidido de su hermano logró sacarlo con vida de la refriega.
Quizá, una muestra del impacto que las noticias del día tuvo en el ánimo de Gómez y Martí, sea el hecho de que el primero comience a rememorar el que probablemente fue su último encuentro con Carlos Manuel de Céspedes. Al respecto del cauce tomado por la Guerra de los 10 Años en este punto, Gómez comentaba: «No había nada, Martí—ni plan de campaña, ni rumbo tenaz y fijo».
Consigna también Martí en su diario algunas de las tareas cotidianas: el lavado de la ropa, la comida sencilla, compuesta de huevos fritos, carne de cerdo frita y una torta de maíz que les trae Luis González, una conversación sobre las virtudes de ciertas plantas en la que se comenta: «Que la sabina, olorosa como el cedro, da sabor y eficacia medicinal, al aguardiente.—Que el té de yagruma, —de las hojas grandes de Ia yagruma,—es bueno para el asma—».