Cucharilla bruñida y ojos brillantes, suave la crema que agrada a los labios prestos para el beso. El postre, debes saber amigo lector, no es terreno neutral: enamora o enemista, seduce o separa. Es dividido o compartido según sea el ánimo y resulta el pretexto perfecto para la exploración erógena. Alcanzan los motivos entonces para sugerirte 7 platillos con los que cerrar la más romántica cena y los lugares en donde ordenarlos.
Salame de chocolate
En una esquina chocolate amargo, manteca pastelera, azúcares y huevos, en otra galletas de vainilla. Juntos producen una mezcla que puede ser moldeable en la forma del embutido al que debe su nombre, con el cual guarda una inusitada semejanza que ha sorprendido a más de un desprevenido. Este plato, oriundo de Italia y Portugal, puede ser enriquecido con frutos secos, coco o licores. Llega a esta recomendación pues puede ser degustado en el restaurante bar Chachachá.
Tarta de limón
De origen anglosajón, este "pie" ha sido importado y "aplatanado" sin tregua. Por supuesto, el proceso de aclimatación ha implicado toda clase de variaciones en la fórmula original y en la de la variante "enmerengada" tan popular por estos lares. De todas las tartas probadas, elegimos para recomendarte la del restaurante Rio Mar, por su mezcla delicada de sabores y aromas. Por allá por la desembocadura del Almendares, hacen una masa quebrada bien fina con harina, mantequilla y una yema de huevo, sobre la que montan una mezcla de queso crema, zumo de limón y leche condensada. El resultado se adorna con rodajas de limón bien finas.
Ganache
El Ganache no es ni siquiera un postre. Es el sueño delirante de un niño, un oscuro objeto de deseo, el alma literal de la trufa francesa. Mezcla a partes iguales de nata de leche y chocolate, difícilmente venga a la mente algo más voluptuoso (al menos mientras sigamos hablando de postres). Puede presentarse adornada con frutos secos aromatizada con vainilla, ron o licores e incluso puede variarse la proporción arriba enunciada. Algo de esto último se hace en el restaurante El Litoral, recientemente reabierto, en donde, sospechamos, se le pone más chocolate de lo debido (y quizá una pizca de mantequilla para dar más consistencia y brillo) y se sirve en un recipiente de cristal, dejándote a solas con la cuchara.
Helado de frutas
Los helados artesanales son una mezcla de frutas, leche, azúcares y mucho esfuerzo. El principio que lleva a su elaboración pasa por eliminar de a poco el agua contenida en los ingredientes hasta lograr esa mixtura cremosa. Para este caso recomendamos Helad'oro aunque no se trate estrictamente de un postre. La cercanía con tantos restaurantes de la zona es pretexto válido para veladas que, tras comenzar en cualquier otro lado, pueden terminar con un helado de guanábana compartido entre dos.
Sopa de coco
A diferencia de los platillos antes sugeridos, no hemos encontrado nada similar a lo que La Guarida nos sugiere con su sopa de coco. Se trata de una composición cuyo centro es una panetela de mantequilla y coco, caramelizada en la cara superior y presentada con helado de limón y mantequilla. En recipiente aparte se coloca leche de coco para que el comensal la añada al gusto. No hay suficientes adjetivos en la lengua castellana...
4 leches
Se dice que el popular postre que mezcla leche fluida, leche evaporada y leche condensada en capas de dulzura pura y dura es originario de Nicaragua y una referencia casi universal a lo largo y ancho de toda América Latina. La manera de presentarla en Cuba es en un recipiente cilíndrico (a menudo un vaso) en donde va a parar el bizcocho de masa batida que es la base y al que se añaden las leches antes mencionadas. El restaurante Iván Chef Justo da una vuelta de tuerca a esta receta tradicional añadiendo una capa más de "fanguito" (dulce de leche cocida) y (en un abierto guiño a los recuerdos de infancia de quienes vivimos los años 80), lo sirve en el envase de la lata de leche condesanda a consumir con una cuchara de madera.
Crepe Franz
También una exclusividad, Esto no es un café ofrece esta variante de lo que fue originalmente una receta europea, aclimatada con éxito a nuestras tropicales condiciones. Un crepe relleno de chocolate fundido se presenta flameado con una medida de ron Habana Club Reserva, en recipiente aparte a guisa de guarnición se ofrecen dos bolas de helado de chocolate. La mezcla de texturas y temperaturas ofrece un contraste matizado por el aroma de la bebida espirituosa.