Blanco, dorado, madera. Música tenue, armonía, magia. Ese es el primer (y más refinado) rostro de Destino. Después, escasos metros después, hay otra cara. La de la verde terraza, la parrillada, el bar que huele a Habanos. Otra música y de nuevo armonía, magia.
“Se siente una paz que hace que uno se olvide de todo y no quiera irse de aquí. La cocina está pegada a la perfección, su salón climatizado es de lujo y el área exterior te hace sentir como en casa”, confiesa una de las clientas del restaurante-bar, inaugurado el 20 de mayo de 2016 en el céntrico reparto de Miramar.
La joven propietaria de ese negocio privado, Melissa Arencibia, explica que siempre le vio a su casa “las condiciones para convertirse en un destino ideal para pasar el rato con tranquilidad, degustar de una comida casi gourmet y disfrutar del maridaje de bebidas y tabacos”.
Con experiencia previa en el mundo de la restauración en Cuba, la familia Arencibia se ha entregado a hacer un Destino que se revela de “forma única, mágica y maravillosa”. En otras palabras, define la estudiante de Economía, “es un camino con una location envidiable, construido al gusto de la gente que nos rodea y a la manera que se usa fuera de la Isla”.
A eso se suma que el padre de Melissa -Pacheco para los amigos-, ha visitado incontables restaurantes foráneos y de ellos ha aprendido la necesidad de integrar, en una sola instalación, áreas muy bien definidas, independientes, que se adapten a los gustos de varios tipos de clientes.
Según afirma el otrora especialista de la hotelería y el turismo en la Mayor de las Antillas, en Destino puede haber personas de disímiles características y ninguna choca con otra, ni chocan sus gustos, ni se pierde el toque elegante y el encanto del lugar.
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Provistos de una oferta gastronómica variada, padre e hija coinciden en que el éxito del restaurante radica en una excelente parrilla, que responde a las tendencias del mundo contemporáneo de desengrasar las carnes y utiliza piedra volcánica, mucho más saludable para la alimentación y más recomendable para el ambiente.
“El grill está en el centro de nuestra terraza porque allí es donde prefieren estar nuestros clientes, especialmente de noche. Buscamos que quienes nos visiten se sientan cómodos y vuelvan con frecuencia”, aclara Pacheco.
En poco más de 15 meses de historia, la atmósfera natural y suave que se respira en Destino ha hecho que el más grande por ciento de sus visitantes repitan, repitan, repitan. “Recibimos personalidades, diplomáticos, empresarios norteamericanos que vienen cada dos meses a Cuba o trabajadores de lugares vecinos", añade Melissa.
Aunque hablamos de un sitio por el que apuesta una clientela mayormente extranjera, proveniente de Estados Unidos, Canadá y Europa, el mismo recibe a muchos cubanos. De acuerdo con Pacheco, su carta no es muy cara. “Encontramos la manera de tener un precio que sea accesible y que posibilite que la gente coma y beba bien”.
Así lo confirma otra de sus clientas: “Es un lugar romántico que mezcla un buen servicio y una comida gourmet exquisita y económica. Ofrece la mejor experiencia para volver en familia, amigos o para negocios".
De la misma forma, la carta se hace con mucho amor y quieren que la gente lo note. “Nuestro menú siempre ha querido mostrar lo que somos, caribeños, rodeados de mar. De ahí que los productos del mar sean los mejores recibidos. Recomendamos especialmente un pescado entero al carbón que casi siempre se hace con un pargo pequeño. Se coloca adobado en el grill y se le va poniendo una salsa hecha a base de mantequilla, perejil y limón. Luego se monta sobre puré de papas y se decora con tomate, limón y aceitunas".
Igual de rica es la coctelería, donde destaca “un trago muy nuestro, para refrescar en el verano”. Lleva el nombre de Destino, sirve en muchas ocasiones de bienvenida y es algo sencillo. Así aparecen otros cocteles clásicos como el gin tonic personalizado para damas y caballeros, el daiquirí y el mojito.
Agrega Pacheco que el área de fumadores, donde la gente se deleita con los puros, está muy marcada por su estrecha amistad con Alejandro Robaina. “Casi todo lo que hay en nuestro bar le perteneció o lleva su firma”. Además, Destino cuenta con una impresionante colección de humidores del reconocido artista Ernesto Milanés.
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Otras distinciones marcadas posee Destino. Por un lado, se encuentran sus cenas conciertos que en fechas señaladas animan las voces de Luna Manzanares, Ivette Cepeda, Ray Fernández, Kelvis Ochoa, David Torrens, etc. En opinión de Pacheco: “Con ellos creamos un ambiente espectacular, apegado a la trova tradicional, al son. Traemos buena música que hace que brille más el sitio”.
Dicho por otra de sus clientas, no pueden pedirse noches más perfectas que las acompañadas por una cena excelente, música cubana en vivo y un cigar bar.
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