Toman café en la mañana. Se mueven hasta el rancho de Ángel Castro Díaz, donde reciben café, limón y culantro de castilla de manos de la mujer de Castro Díaz, y una gallina de manos de un vecino, que cocinan para la comida. Preparan sancocho.
El diario de Martí recoge la impresión que Caridad Pérez, esposa de Castro Díaz, y su historia hicieron en Gómez y en él. La mujer, cuyo marido murió en la Guerra de los Diez Años y que debió huir a la manigua con sus 3 hijos, sirvió de evocación para traer a la memoria del Generalísimo otras historias similares.
La ofrenda de culantro de Castilla, entregada por ella, sin embargo, tenía un propósito mucho más mundano: «para que cuando tengan dolor al estómago por esos caminos, masquen un grano y tomen agua encima», la cita Martí.
El término «sancocho» empleado por Martí en su diario, tiene varios significados en Hispanoamérica. En Cuba se refiere a una comida insulsa y pobre de ingredientes, y por extensión el brebaje que con desperdicios de comida y cáscaras se elabora para alimento de los cerdos. Sin embargo, la acepción a la que se refiere en esta ocasión es la más comúnmente empleada en el resto de la América hispanoparlante: un caldo compuesto por carne (de gallina en este caso), yuca, plátano y especias. El plato resultante es la comida nacional de República Dominicana, donde se elabora utilizando cuantas carnes estén disponibles.