Algunos dicen que son originarias de China, otros de Italia y hasta se encuentran escritos que afirman su presencia en la antigua Grecia, lo cierto es que ya las pastas en Cuba son parte inseparable de la dieta semanal de muchos y como buenos cubanos, ¿por supuesto!, hemos dado nuestro aporte a este maravilloso arte de confeccionar masas y salsas, utilizando desde ingredientes de primera línea hasta otros que no lo son tanto.
Y es que desde que llegaron al país por allá por 1935 mediante los chinos emigrantes de california no han dejado de ser manjares irresistibles, después del 59, exactamente del 66 al 68, se compran las primeras fábricas de pasta a Italia y se inauguran restaurantes como Vita Nuova o Montecatini. Si avanzamos un poco en el tiempo las pizzerías de las década de los 80, fueron sin duda, uno de los sucesos más recordados por todos, especialmente los contemporáneos conmigo, gracias a la inocente infancia (prohibido preguntar sobre la edad).
Ahora, gastronómicamente hablando, la mágica relación "calidad-precio" era inigualable; la familia cubana extrañará de por vida esas lasañas, canelones y esos espaguetis napolitanos que de solo recordar me hacen sentir un niño de nuevo...
Desafortunadamente los tiempos cambiaron y en casa se vieron obligados a desarrollar nuevas recetas de pastas con versiones libres y de mucho ingenio, fusionando... ¿mutando? Por otro lado, aparecían las paladares, "rescatando" de alguna forma esas espaguetadas con todos los hierros lamentablemente sólo apreciado por una pequeña minoría. Era el principio de la década del 90.
Durante esta década debemos resaltar, sin duda alguna, el famoso barrio chino dónde se comían, a placer, exquisitas pastas y digo exquisitas por mi propia experiencia. Créanme: recuerdo compartir momentos maravillosos entre compañeros de trabajo saboreando lasañas y canelones gigantes hasta sentir que explotábamos, y así, poco a poco llegamos a esa "apertura" que hoy nos regala propuestas de pastas para todos los gustos y bolsillos, muy importante, desde las más tradicionales hasta las más atrevidas, viendo un aumento considerable y sistemático del consumo de pastas frescas.
Y si, es que ya el cubano aprendió y tiene como preferencia comerse un ñoqui a la boloñesa, o un buen tagliatelle recién manufacturado, o cualquier variedad de pasta corta con una salsa de 4 quesos, sin olvidarnos de unos buenos raviolis de salmón a la crema y para rematar, la preferida y más famosa según mi experiencia en la restauración, los espaguetis a la carbonara, esa mezcla divina de huevos y bacón que tantos y tantos aseguran que es la "original" (en otra ocasión ampliamos).
Realmente hablar de las pastas en Cuba hoy en día ya es algo bien serio y créanme que muchos de sus manufacturadores ya las estudian a profundidad y mejoran cada día sus fórmulas e ingredientes, adaptándose y desarrollándose más y más.
En los hogares también pasa lo mismo, ya la familia cubana comparte con más frecuencia el poder disfrutar de excelentes platillos de pasta, aunque siempre recordaremos con nostalgia esos coditos con puré de tomate y queso amarillo que se servían mezclados en la cazuela grande. ¿Recuerdan? También vemos, con tendencias a la excelencia, como los hombres utilizan estos platillos para impresionar a su chica, haciendo alarde de como la aprendieron y de el toque que ellos le dan para que sepa "mejor" (esto pasa, los conozco).
Ahhh, pero no me olvido, llegamos al plato fuerte, la reina de todas las fiestas ¡la ensalada fría!, esta es otra que bien baila y que se merece todo un libro para ella sola. Su evolución impresiona y se agradece, pues este manjar es un icono de cuanta celebración aparezca y su puesta en escena es la más esperada por todos aunque después de disfrutarla aparezca la ya incómoda frase "no está mala, pero a fulano le queda mejor", lo cierto es que han pasado de ser mezclas aburridas de coditos con piña cruda, pollo hervido, lo otro q aparezca, esas tiras horribles de ají asado y huevos hervidos cortados en mitades encima a combinaciones más finas de espaguetis cortados y mezclados con daditos de piña glaseados, jamón, pollo asado, aceitunas verdes, entre muchas otras cosas (¡este fulano no puede dar la receta entera tampoco!) Para sencillamente convertirse en obras de arte servidas en capacillos.
En lo particular, a mi me gusta, o sea, adoro tener en casa una maceta con orégano sembrado
solo para cuando cocino pastas, pudiera llamarlo como mi arma secreta o algo por el estilo pero les aseguro que funciona y una de las que más repito, no sé si por nostalgia, pero me encanta comprar las laticas de carne rusa, salsa de tomate hecha por mí y el o los quesos fundirlos en la salsa para mezclarla con pastas largas o cortas.
Definitivamente es muy diverso el empleo de las pastas. En la cocina las vemos en ensaladas, guarniciones, primeros platos o principales y en cualquiera de estas variantes siempre nos van a cautivar con sus sabores y secretos; nada que en algún momento, la historia reconocerá este intelecto nato que tenemos los de la isla más hermosa del mundo (Cuba eh, no se me queden atrás!) para reinterpretar, desarrollar y crear recetas maravillosas tejidas entre lasañas, canelones o espaguetis con identidad propia que algún día, seguro que sí, serán interpretadas en todo el mundo con mucho orgullo cubano.
...y cómo ustedes me caen bien le voy a regalar está receta, clasificada como secreto de estado en tiempo de guerra. Antes de hacerla o criticarla, recuerden que a este fulano... le puede quedar mejor, ¡¡ojo!! (Lo que verá a continuación puede causar adicción, se recomienda su uso con discreción) Ensalada fría:
- Espaguetis 1 paquete de 500gr
- Mayonesa 1 pomo grande de 950gr
- Jamón Vicking 1 libra
- 2 cuartos de pollo(muslo con contra muslo)
- 1 pomito de ketchup 200gr
- 1/2 pomito de mostaza 100gr aproximadamente
- 1 piña madura mediana
- 1 cebolla mediana
- 5 huevos hervidos
- 1 pomito pequeñín de aceitunas verdes 100gr aproximadamente
- 1 cajita de uvas pasas 100gr aproximadamente
Elaboración:
Ponemos a hervir la pasta en agua hirviendo con sal, salpimentamos el pollo y lo ponemos a asar en horno o en cazuela, ponemos a hervir los huevos 10 min después que el agua hierva, picamos bien chiquito el jamón y la cebolla, picamos en daditos pequeños la piña y la ponemos a cocinar con azúcar y un poquito de agua por espacio de 5 min, reservar el aguita, laminar las aceitunas verdes. Una vez lista la pasta y ya fría, la cortamos bien chiquita y le incorporamos la mayonesa, la piña glaseada fría, el jamón, la cebolla, el pollo asado y picadito, las aceitunas, el ketchup, la mostaza, los huevos picados, las uvas pasas, un pequeño toque de sal ¡suave! Y por último el agua de la piña que cocinamos, este es el secreto del éxito. Mezcle todo gentilmente, ponga a enfriar y... ¡¡¡que lo disfruten!!!
Atención: ¡Mantener alejado de ese primo gordo que nunca ves y solo va a las fiestas a comer ensalada fría!