Al contrario de la creencia popular, lo que hoy entendemos como pizza es de origen griego. Los antiguos griegos solían cubrir sus panes con aceite, finas hierbas y queso. A través de los romanos, este plato llegó a la península en donde se comenzó a cocinar la llamada placenta una lámina de masa de harina, a la que se le colocaba encima queso, miel y que se saborizaba con hojas de laurel. El concepto moderno de pizza fue desarrollado en Nápoles, en donde se hacía un pastel con pasta de tomate encima. En 1889 comenzó a añadírsele queso. Fue en este año en el que durante una visita de la reina Margarita de Italia, se le sirvió una pizza que semejaba los colores de la bandera de esa nación utilizando tomate para el rojo, mozzarella para el blanco y albahaca para el verde. Este es el origen de la llamada pizza Margarita.