A la macrobiótica, su estudio y aplicación en nuestras prácticas culinarias, viene a ser vital si queremos lograr una elevada calidad de vida. Sobre esta tendencia alimentaria y su empleo aborda el texto que nos propone el Chef Ernesto Cárdenas.
Más; si tenemos en cuenta que parte de las deficiencias en el funcionamiento de los órganos internos del ser humano, son producidas directamente por lo que consumimos. Por esto elevar nuestra calidad de vida, depende también de la selección de alimentos saludables que ayuden a sanar posibles enfermedades. Lo anterior ha convertido al acto de elegir qué comemos para que el organismo esté sano en toda una cultura.
Ganar en esta cultura alimentaria es el primer paso para poder enfrentar la batalla cotidiana por mejorar nuestros hábitos de alimentación extendiendo así nuestra existencia. En tal sentido, la macrobiótica, su estudio y aplicación en nuestras prácticas culinarias, es de suma importancia.
La macrobiótica nos educa en el consumo de aquellos alimentos que por su composición, aporte y la frecuencia en que se ingieren, pueden aumentar nuestra calidad de vida. El balance entre los alimentos Gin y Gan en la composición de cada comida es trascendental. Los productos Gin son alimentos ácidos y los Gan, alcalinos.
En Cuba mayormente inclinamos el balance nutricional hacia los productos Gin, entre los cuales destacan los jugos cítricos, el tomate en sus variantes, los productos lácteos, las carnes de origen animal y los adobos excesivos con la inclusión del vinagre.
Sin embargo, podemos afirmar que somos una población que consume pocos alimentos Gan, los que en su mayoría están a nuestro alcance; dígase algunos tipos de vegetales, cereales, leguminosas y frutos secos. Por eso, tener conocimiento de los aportes nutricionales de cada comida y las propiedades que desempaña en el organismo, es indispensable para determinar si los incluimos -o no- en el menú.
La tendencia macrobiótica además de ser considerada un consumo sano, es empleada también con gran efectividad como medio curativo a muchas enfermedades presentes en el organismo. Son múltiples los pacientes que han encontrado solución a sus males con la práctica de dicho estilo alimentario.
Regirnos entonces por la máxima de Lo que entra por la boca nos enferma y también nos puede curar debe ser el ABC para la incorporación de la macrobiótica en nuestros hábitos culinarios, y hacer corresponder lo que ingerimos con una elevada calidad de vida.